Mi esperanza de amor se está muriendo...
Muere si siente que pasamos con ligereza por la vida de amantes...
Muere si éstos nos olvidan...
Ya no nuestro tacto, nuestro olor... sino esa pequeña repisa, cajón de sastre, en la que colocaron, guardaron, sin saber dónde poner, un pendiente, un imán con frases...
¡Me alimento de esos lugares!
Me gusta sentir mi alma repartida en diferentes lares.
Sentir que, sin alma gemela con la que compartir, mi latido éste se despieza en decenas de mecanismos que, sin estar juntos, forman un ¡engranaje!
Que el tic tac continua ¡adelante!
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