sábado, 9 de marzo de 2013

Conociéndole

"A veces mola permitir que la mente vuele...
Que desde la ira se maquine ¡la venganza! y en esa recreación surja el desliz de desviarse.
Saltar de la venganza... al ¡deseo!
Deseo por un nuevo personaje que aparece en escena.
Un "objeto" manipulable al que uno pone frases, conductas, gestos y hasta voz y olor...
Dejar que este deseo se instale como un espejismo de sol en un mes de lluvia.
Fantasear hasta lo imaginable.
Después dejar la puerta abierta sabiendo que el encuentro surgirá en algún instante.
Y cuando este sucede a los días, meses o incluso ¡años! mirar a esa persona con la consciencia de que en ese momento ha dejado de ser muñeco de tu fantasía.
Mirarle a los ojos y con ellos tratar de contarle toda la recreación, con risa de esa de "lo que da de sí la imaginación."
Observar la confusión porque si esta sucede, acabas de ¡conectar! de manera extraña...
Sin querer acaban de llegarle mil ráfagas de imágenes desconcertantes.
Sonreir, sin picardía, alegre porque esa persona es diferente a la que inventaste.
Por suerte es ¡nueva! y ¡auténtica!
Y lo que más te alegra es estar conociéndole ¡por fin!"